jueves, 4 de junio de 2009

REFUGIO "PEQUEÑO POTALA" (RUITELAN)


Como había dicho con anterioridad, llegar hasta Ruitelan fue para mi un suplicio, en principio esa etapa iba a terminar en O Cebreiro, pero estaba yo como para subir el Tourmalet, de ahí que hiciéramos parada y fonda a las faldas del puerto para, a la mañana siguiente, subir con energías renovadas.

El Pequeño Potala, que asi se llama el refugio de peregrinos, es un lugar acogedor con unas instalaciones basicas pero confortables y los hospitaleros, Carlos y Luis, se hacen cargo de que todo esté en condiciones y son encantadores.

Al llegar dejamos las bicis y Carlos nos puso al corriente de cuales serian nuetras literas y el resto de instalaciones del refugio.

Carlos nos anunció una magnifica cena a la que debíamos apuntarnos con anterioridad y así lo hicimos, en total eramos unas 24 personas entre españoles, holandeses, italianos y no se si alguna nacionalidad más.

Desde la llegada hasta la cena, nos tomamos unas cervecitas con Alex y Claudio en una pequeña terraza y dimos un paseo por el pueblecito.

Llegaron unos peregrinos que viven en Menorca uno de ellos asturiano y el otro no recuerdo y pusieron un punto más de buen rollo por su sentido del humor.

Hago un pequeño paréntesis para recordar que ese día era el cumpleaños de mi cuñado Jose y que yo anduve con ganas de hacerle alguna broma o alguna putadilla durante toda la jornada, pero se me pasaban las horas y no conseguía nada...

Llegó la hora de la cena, y como esto es España y somos como somos, la mesa la pusieron entre italianos y holandeses mientras el compañero asturiano les daba indicaciones.

Carlos nos empezó a traer la cena y uno tras otro fueron llegando ricos platos que la señora holandesa que se sentaba frente a mi nos servía.

El asturianin, le llenaba el vaso de vino y brindaba con ella una y otra vez mientras me daba con el codo y me decía..."mira como bebe la señora"

Casi a los postres le dije a mi compañero de cena que era el cumpleaños de Jose y que a ver si podíamos hacerle alguna cosa. Se lo dijimos a Carlos y nos dijo que de haberlo dicho antes le habría hecho una tarta pero que algo haría.

Nos trajo unas ricas natillas a todos....menos a Jose al que le dijo que estaba castigado.

Jose alucinaba y miraba a todo el mundo con cara de.. "¿pero por que yo no tengo natillas?"

Al poco rato Carlos apareció desde la cocina con un platito de tarta decorado con kiwi y una vela y todo el mundo empezó a cantar el "cumpleaños feliz" cada uno en su idioma y aplaudiendo a Jose que yo sé que se emocionó.

Después fuimos a un bar a ver las semifinales de la Champions entre Barça y Chelsea, que ganó el que a la postre sería campeón de Europa, liga y copa, y terminado el partido a dormir.

Quiero dar las gracias a Carlos por hacernos sentir tan bien en su casa.

No será la última vez que nos veamos.

1 comentario:

  1. Carlos y luis , unos fenomenos, el algergue más autentico de todo el camino !ave Maria , alegría!;)

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