martes, 19 de mayo de 2009

SEGUNDA PARADA: MOLINASECA



DÍA 5 DE MAYO DE 2009:


Pasamos la noche bien teniendo en cuenta que siempre, y esto es algo que hay que recalcar, SIEMPRE, hay alguien que ronca en los albergues, en este caso fue el tercer chico de nuestra habitación, que llegó a última hora del día anterior. Tomamos un cafetito con sobaos y a las bicis.


Esta etapa transcurrió entera por caminos y pueblos del Bierzo, hay que decir que, o nosotros hemos tenido suerte, o las gentes de esta zona son muy cordiales. El Camino está salpicado de detalles hacia los peregrinos, unas flechas hechas de piedras indicando la Senda, un crucero con la vieira, un peregrino hecho rudimentariamente con alambres custodiando una especie de altar... Todo hace que el viaje se haga corto y entretenido.


Al pasar por la población de El Ganso, hicimos una parada para aprovisionarnos de agua, el lugar elegido fue el bar Cow-boy, en el estaban refrescándose dos peregrinos de los de a pié. La mujer que nos atendió, de la que lamento no recordar el nombre, sacó cuatro basitos de chupitos y en cada uno de ellos puso un chorro de un orujo casero "cojonudo", nos dijo que sería la gasolina para el resto del día, y tan contentos seguimos la marcha.


En Rabanal del Camino otra paradita, no tuvimos la suerte de ver la misa cantada en gregoriano por los monjes del convento pero otra vez será.


Llegamos a Foncebadon y entramos en la Taberna de Gaia, lugar muy especial donde Enrique Notario nos sirvió un riquísimo té, y nos instó para comer allí cuando gustásemos, algo que seguro haremos pronto.


La temida subida a la Cruz de Ferro no lo fue tanto, si es una subida dura pero estábamos deseando llegar y dejar la piedra que nos acompañaba desde el comienzo del camino como manda la tradición, la verdad es que me gustó ese momento.


Manjarin era parada obligatoria, conocer al "Ultimo Templario" nos llamaba la atención. Es un lugar atípico con gente atípica, te ofrecen un poco de agua para el camino y si lo deseas dormir en su refugio; Dentro hay un altar donde el Maestro Templario ordena caballeros de la Orden a quien así lo deseé.


Dejando atrás Manjarin llegamos al Acebo para comer un caldo berciano y un chuleton y coger fuerzas para llegar por fin a Molinaseca.


Buen albergue en el que hay opción de cena y desayuno.


Aquí conocimos a nuestro primer compañero de viaje, Alejandro (Alex), que venia desde Madrid en su bici lleno de optimismo y buen humor.


Lo mejor del día llegar a Cruz de Ferro, el precioso paisaje, y la llegada de Alex.


Un poco menos para Santiago.

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